La temporada 7 de 'American Horror Story' se ha tomado su tiempo para encajar las piezas del puzzle que proponía, pero finalmente lo ha hecho con maestría.
Mi recobrada fe en 'American Horror Story' tras la magistral 'Roanoke', para mí a la altura de 'Asylum' o mejor, me hizo sentarme ante la nueva temporada de la franquicia con altas expectativas y, sobre todo, con muchas ganas de dejarme llevar por la locura terrorífica y camp que suele proponer. Y este año con un aliciente extra: querían hacerlo cerrando la puerta a lo sobrenatural.
Sin embargo, los primeros episodios de 'American Horror Story: Cult' me dejaron un poco frío. Teníamos a Sarah Paulson, dueña y señora de la serie desde que Jessica Lange abandonó el barco, sufriendo y gritando sin parar, pero la historia avanzaba lentamente en sus tres primeras entregas que llegaban a ser algo repetitivas. Payasos, abejas, otras fobias e incontables referencias a las elecciones norteamericanas eran las primeras piezas de un relato que, posteriormente, fue cogiendo forma hasta acabar por todo lo alto, y que apelaba a miedos más reales que nunca.
Porque la serie no tenía pensado quedarse en un simple slasher de payasos, solo estaba tejiendo la presentación de unos personajes sobre los que luego iba a hacer virar varios giros interesantes: la traición de Ivy, la ambigüedad de Winter o el mejor de ellos, cómo no, reservado para la Ally de Paulson, que pasa de ser una temerosa ama de casa a una perra vengativa. Brava ella.
Aunque a decir verdad esta ha sido la temporada de Evan Peters (hola, Globos de Oro) que se ha lucido interpretando al fanático Kai Anderson, conjunción de las características comunes de todo líder carismático de una secta, que a fin de cuentas es de lo que iba la temporada. Sus ojos de desquiciado, sus momentos de lucidez o sus inseguridades, todo ha quedado impreso en el personaje. Y no solo eso, por el camino interpreta a Andy Warhol, Marshall Applewhite, David Koresh, Jim Jones, Jesús y Charles Manson. Siete personajes en uno (¿qué tal, Globos de Oro?).
Es precisamente la inclusión de personajes e historias reales -algo que no es nuevo en 'American Horror Story', por cierto- el mayor atino de 'Cult'. El asesinato de Sharon Tate por parte de la Familia Manson o la historia de Valerie Solanas añaden capas a la historia principal e interactúan con ella, potenciando lo que quiere ser esta temporada: más verdadera y menos fantástica.
Como ya es habitual en la fórmula de 'American Horror Story', la primera parte de la temporada acumula elementos a cada cuál más estrambótico, para después tratar de armar con todas esas piezas algo que tenga sentido. No siempre lo han conseguido, pero en 'Cult' sí. Si bien es cierto que hay elementos que han dado poco de sí y personajes que han resultado demasiado accesorios (mejor eso que dar demasiado y estirar el chicle), los temas principales como la manipulación de los medios, el miedo como instrumento político, la batalla entre machismo y feminismo, la supremacía blanca y las sectas han quedado muy bien hilados y han conducido la trama hasta un episodio climático que se resuelve de forma espectacular.
Fuente: Fotogramas
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