Iz, que había sido un joven problemático durante su adolescencia, imprimiría su voz en los oídos del mundo a partir de una grabación a última hora, en 1988. La leyenda asegura que el dueño del estudio recibió un llamado de un representante borracho justo cuando estaba a punto de cerrar su establecimiento, y tras lidiar con un grupo de chicas que desafinaban al cantar. La voz balbuceante del ebrio prometía algo bueno, y su promesa se cumplió.
Aseguran que las tablas del suelo crujieron cuando entró Israel, con los 250 kilos que pesaba entonces y su ukelele, un instrumento que aún no gozaba de la popularidad que obtuvo en la última década, y que, por su tamaño minúsculo, se veía como un objeto ridículo en los brazos gruesos del músico. Pero entonces, su dulce voz entonó una fusión de dos canciones que aún están grabadas en los tímpanos de muchos: unió Somewhere Over the Rainbow con What a Wonderful World, de Loius Armstrong.
Sin embargo, la cinta permaneció olvidada por cinco años en la oficina de los estudios. Sólo cuando Iz intentó lanzar su carrera solista, al momento en que mantenía a su esposa y a su hija con ayuda del Estado, fue cuando la canción se publicó. El éxito fue tan masivo como inesperado, ya que los hawaianos no apreciaban tanto este tenor nativo en la música americana como sus canciones más políticas, donde trataba de recuperar el verdadero espíritu hawaiano ante el proceso de americanización.
Fuente: Diario LMNeuquén
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