Por: Alicia TorMon
Hasta ahora la premisa de la mayoría de las películas de Pixar es preguntarse qué pasaría si ciertas cosas tuvieran sentimientos: ¿qué pasaría si los juguetes tuvieran sentimientos? ¿qué pasaría si los carros tuvieran sentimientos? ¿Qué pasaría si los propios sentimientos tuvieran sentimientos?
Pero para esta película se fueron más allá de lo que habían estado haciendo, con esta película se plantearon la pregunta más filosofía que hay:
¿Cuál es nuestro propósito en esta vida?
Es una película ambiciosa y no solo porque intenta “responder” de cierta forma esta pregunta, sino que también porque lo hace a través de uno de sus protagonistas más inusuales: un hombre afroamericano de mediana edad (de 40 años). El resultado es digno de la calidad Disney, una conmovedora y profunda historia, con el toque cómico de Pixar y claro, una animación impecable.
Pero definitivamente esta es su película menos infantil, lo que puede resultar ser una buena estrategia. Los adultos van a conectar y van a entender el tema mejor que nadie, se van a sentir identificados y hasta inspirados, después de todo ese parece ser el verdadero objetivo: inspirar
Pero difícilmente un niño va a poder empatizar con la película. Es verdad que hay personajes cuyo objetivo es que agreguen ese humor a la trama, pero aun así estos no van a lograr captar la atención de los niños el tiempo suficiente. Incluso, el medio por el que estrenaron la película puede ser parte de esta distracción, se estrenó por Disney+ el 25 de diciembre cuando su objetivo original era estrenarse en cines.
Tal vez esta es la película que Pixar necesita para cambiar su target de audiencia y centrarse más en un público más adulto. Vaya, no quiere decir que un niño no la vaya a disfrutar, sino que esta puede ser la película preferida más por los adultos. Así como Cars es una favorita entre su púbico infantil.
Es impecable: la historia no solo nos habla de algo que muchos nos hemos llegado a preguntar: ¿tengo un propósito que cumplir en esta vida? ¿un talento especial innato? Sino de aquello que nos hace felices, no aquello por lo que vivimos, sino por lo que queremos vivir.
El elegir a un hombre de 40 años afroamericanos tampoco es al azar. El escritor de esta película, Kemp Powers, es un hombre de mediana edad afroamericano, por lo que es una historia que, aunque es universal, es también muy personal. Hay una escena en particular que nos demuestra que la raza del personaje no es simplemente una cuestión de diversidad, sino de reflejar una cultura que se vea representada de manera correcta en la pantalla: en algún momento el personaje va a una peluquería tradicionalmente afroamericana. Es, en mi opinión, de las mejores escenas de la película. Nos muestra diferentes perspectivas y nos da esa iluminación necesaria para darnos cuenta de que la vida, aunque no resulte tal cual la planeamos punto por punto, nos puede llevar a mejores lugares para apreciarla. Es el momento de inflexión en la trama.
La animación nunca decepciona, y en Soul tenemos a estos “entes” autonombrados Jerrys y Terrys cuyo diseño es puramente genial. Su diseño nos evoca este sentimiento etéreo a través de su simplicidad. Sospecho que este diseño está basado principalmente por la corriente artística del cubismo, y si tomamos su definición de ser “una representación de diferentes puntos de vista de un sujeto al mismo tiempo” le da todavía un nuevo nivel de interpretación ya que eso agregaría ese simbolismo mítico a estos Jerrys (como dato curioso su diseño está hecho con una sola línea)
De igual manera la personalidad de Terry es la que creo yo se lleva los mejores momentos cómicos, especialmente porque estoy segura de que todos hemos conocido alguna vez por lo menos a un Terry en nuestros lugares de trabajo.
Pareciera que es una aventura del héroe un tanto solitaria, pero la verdad hay una gran cantidad de personajes que, aunque breves, están sumamente cuidados y bien ejecutados. Una mención especial para aquél hippie que logra trascender a otro plano astral, supuestamente a través de su arte que es muy “específico”, que para mí es una forma de esconder una referencia más adulta de porqué este espíritu libre logra tal conexión (o al menos eso fue lo que yo pensé al momento de su aparición donde nos lo presentan casi “volando” en su barco multicolor)
Podemos incluso hablar de 22 como esa parte de nosotros que siempre es curiosa, pero a la vez insegura. El humor que aporta y las referencias a los personajes históricos que menciona son nuevamente para el disfrute de los adultos y se agradecen, así como esa ligereza y libertad que aporta a la historia, especialmente porque sirve como una perspectiva para poder ver la “simplicidad” de la vida a través de ojos frescos, casi infantiles.
Definitivamente creo que esta película fue el llamado sutil de atención de Pixar para aquellos jóvenes y adultos que vivimos atrapados en la monotonía de nuestro día a día, para no olvidarnos de disfrutar esos momentos “normales”, de mantenernos curiosos e inspirados. Y, sobre todo, de recordar que el propósito de la vida es vivirla. Y lo logra.
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