¿Y si este año nos proponemos agudizar al máximo nuestro ingenio? Muchos avances surgen de miradas, de problemas para los que hay que buscar solución ¿Innovar, crear, inventar? He aquí siete maneras de buscar inspiración. Y funcionan
Medita
Jon Kabat-Zinn, uno de los mayores impulsores de la meditación en occidente, la define como “el estado de conciencia que emerge cuando prestas atención intencionadamente al momento presente con aceptación”.
¿Y funciona? Pues bien, distintas investigaciones científicas confirman que esta práctica mejora la circulación sanguínea y reduce la frecuencia cardíaca. Además reconstruye la materia gris del cerebro y desarrolla su plasticidad, como demostró un estudio de la Escuela Médica de Harvard junto al Hospital General de Massachusetts. También incrementa la capacidad de concentración y, con ello, la felicidad, según apunta el profesor Judson Brewer en un estudio publicado en Proceedings(PNAS). Por si fuera poco aumenta la agilidad mental, como probó Bruce O’Hara, de la Universidad de Kentucky.
Prueba lo imposible
La bioimpresión es la técnica de impresión 3D que permite fabricar estructuras biológicas para su trasplante o la experimentación médica. Todo empezó una tarde de verano del año 2000. El bioingeniero estadounidense Thomas Boland (agachado en la foto) pensó que quizás una impresora de inyección de tinta pudiera imprimir biomateriales, calibrando el tamaño de células humanas. Fue así como decidió dar rienda suelta a su imaginación. Vació el cartucho de tinta de su vieja Lexmark, lo llenó de colágeno e imprimió una hoja con sus iniciales grabadas con proteínas. En 2006 se le concedió la primera patente de la historia sobre una bioimpresora, consiguiendo así revolucionar el mundo médico donde esta tecnología cada vez se usa más para fabricar tejidos como piel, cartílago, hueso y vasos sanguíneos.
El 14 de septiembre de 1964 un buque de carga se hundió frente a la costa de Kuwait. Llevaba más de cinco mil ovejas que murieron ahogadas en la bodega. Pronto llegó la descomposición, un proceso natural que ponía en peligro el agua potable de la ciudad. Por ello la compañía aseguradora se puso en contacto con el ingeniero danés Karl Kroyer, quien tuvo una brillante idea: ¿Qué pasaría si llenasen el barco con 27 millones de pelotas de plástico? Lo hicieron y el barco flotó. Lograron sacar la carga en poco más de tres meses, tras lo que Kroyer quiso patentar la tecnología. La sorpresa llegó al recibir la negativa de la oficina de patentes: esa idea ya la había tenido el pato Donald en 1949, quien había conseguido sacar un yate hundido del mar llenándolo de pelotas de ping-pong, en un tebeo. ¿Casualidad? Kroyer nació en 1914, no sería de extrañar que hubiera leído el cómic.
La biomímesis es una técnica que utiliza la naturaleza como mecanismo generador de nuevas ideas, así como para resolver problemas concretos. El complejo de oficinas Eastgate Centre de Harare (Zimbabue, en la foto), obra del arquitecto Mick Pierce, es uno de los ejemplos más conocidos. Este edificio es capaz de mantener la temperatura constante (y fresca) durante todo el año, sin refrigeración artificial. Algo así tiene un impacto directo sobre el consumo energético y el cuidado del medioambiente. Su diseño está inspirado en las técnicas de termorregulación de los termiteros de la especie africana Macrotermes michaelseni. Estos no tienen ningún problema para mantener constante la temperatura del hogar, aunque las construcciones alcancen los diez metros de altura en lugares donde el clima oscila entre los 3 y los 42º
Si algo no te gusta, rebélate
El despegue comercial de los drones en el mundo civil se lo debemos a Paul Wallich, físico residente en la frontera de Estados Unidos con Canadá, donde el invierno es durísimo.
Wallich estaba cansado de tener que acompañar cada día a su hijo de ocho años hasta la parada del autobús escolar (400 metros), por lo que decidió controlarle desde el aire. De esta forma, en 2012 fabricó su primer dron con piezas compradas a través de Internet, un aparato equipado con un teléfono inteligente que transmitía imágenes en tiempo real. Su invento no estaba libre de problemas y a menudo se congelaba o se quedaba sin baterías. No obstante, con su creatividad atrajo el interés del mundo entero sobre las posibilidades de estos aparatos que hoy son ya una revolución en campos como la vigilancia, la seguridad y, por supuesto, la logística. Su inconformismo le hizo uno de los pioneros en la construcción y uso de drones domésticos.
CORDON
Inspírate en tus hijos
La deposición fundida es la técnica de impresión 3D que funciona de forma similar a la impresión en papel que tenemos en casa, encontrándose la diferencia en que en lugar de utilizar tinta se colocan finas líneas de un material fundido que se solidifica de inmediato, lo que permite fabricar objetos sólidos tridimensionales. Su nacimiento es fruto de la creatividad de S. Scott Crump y su esposa Lisa. Como manda la tradición, comenzaron su aventura en un garaje, en 1988, con un objetivo muy simple: fabricar una rana de juguete para su hija de dos años. Con los años han reconocido que el resultado de ese primer intento fue bastante mejorable, pero a su hija le encantó por lo que no dudaron en patentar la tecnología.
GETTY
Devora ciencia ficción
El concepto “computación ubicua” encuentra su origen en un artículo de Mark D. Weiser, científico jefe del laboratorio Xerox PARC. Titulado The Computer for the 21st Century fue publicado en 1991 en la revista Scientific American, y en él se predecía un mundo en el que los ordenadores serían invisibles y estarían integrados en todos los objetos que nos rodean a diario. Weiser reconoció en su propio trabajo que se había inspirado en Ubik (1969), la novela de ciencia ficción de Philip K. Dick, una obra en la que los objetos eran inteligentes y estaban conectados.
Desde entonces, esta tecnología ha ido expandiéndose por nuestras vidas, hasta convertirse en eje central de la cuarta revolución industrial. Hoy recibe el nombre de la Internet de las cosas y ocupa a 300.000 profesionales especializados, necesitando multiplicar para el año 2020 por 15 su fuerza laboral, según un estudio de la Universidad de Richmond.
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