Linda Hamilton está de vuelta tras 'Terminator 2', y en la película que está dirigiendo Tim Miller tendrá que ajustar cuentas con el pasado.
Entender cómo funciona la cronología de la saga Terminator es tan difícil como… hacerlo con la de Halloween, mismamente, y por eso los productores de ambas franquicias han llegado a la conclusión de que lo mejor era partir de cero, o casi. Al igual que las nuevas películas de Michael Myers retomando la historia desde el primer film de 1978, la saga iniciada por James Cameron ha hecho lo propio haciendo como que las películas posteriores a Terminator 2: El juicio final, de 1991, nunca llegaron a existir.
Esta es la tesitura en la que se encuentra Terminator: Dark Fate, sexta entrega de la serie de ciencia ficción pero tercera según el personal cómputo de Tim Miller, su director. Tras un espectacular tráiler en el que descubrimos que por fin habían traído de vuelta a Linda Hamilton como Sarah Connors (ausente en la saga desde, precisamente, El juicio final), el que fuera director de Deadpool ha dado vía Entertainment Weekly unos cuantos detalles sobre la historia de Terminator: Dark Fate, y el papel que juega dentro de la confusa línea temporal de la saga.
“Las primeras dos películas trataron el tiempo como un bucle: lo que está ocurriendo ahora es lo que ocurrió antes y todo el mundo debe luchar para asegurarse de que vuelva a ocurrir”, explicó Miller. “Y Jim (Cameron) sólo quiso romper esta regla al final de Terminator 2, cuando Sarah destruía Cyberdyne System. Eso no había ocurrido antes y obviamente iba a cambiar el futuro, pero nadie sabía cómo”.
¿Es que nadie piensa en Terminator 3?
En efecto, el personaje de Hamilton destruía al final del film protagonizado por Arnold Schwartzenegger (que también repite en Terminator: Dark Fate) el sistema informático responsable de que Skynet condenara a la humanidad en el futuro mediante el levantamiento de las máquinas. Una acción que debería ser capaz de cambiar el futuro al impedir que hubiera una guerra que luchar y, por tanto, que su hijo John Connor (Edward Furlong) tuviera que liderar el ejército de los humanos, pero Terminator 3: La rebelión de las máquinas tenía otros planes.
Dentro del film de 2003, comprobábamos cómo el Juicio Final era inevitable y el futuro no podía cambiar, y esto es justo lo que quiere tratar Miller. “No creo que las películas que vinieron después de El juicio final lo exploraran de una forma tan directa como lo estamos haciendo nosotros, con consecuencias de verdad, y tiene perfecto sentido que Sarah sea quien afronte estas consecuencias, ya que ella tomó la decisión en primer lugar”.
Borrando del mapa tanto Terminator 3, como Salvation, como Génesis, Miller se asegura tener vía libre para explorar qué pudo ocurrir realmente con Sarah una vez destruyó Cyberdyne. Dado que los Terminators han vuelto (y aunque cuenten para combatirlos con la ayuda del enigmático personaje de Mackenzie Davis) es obvio que su tentativa tampoco tuvo éxito en este caso, pero el director está convencido de que “esta será la mejor película de Terminator después de la segunda”.
Hamilton, que supone el mayor reclamo de esta entrega, también está muy ilusionada con el proyecto, asegurando que volver a encarnar a Sarah Connor es “un verdadero regalo después de tanto tiempo”, aunque el personaje haya cambiado mucho desde entonces. “Es una mujer que tiene una misión diferente, una historia diferente, y quiero ver qué podemos hacer con ello”.
Terminator: Dark Fate se estrena este 1 de noviembre, y pretende ser el reboot definitivo de una saga que ya lleva unos cuantos. Le deseamos suerte.
Fuente: Cinemanía
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