El actor ha intentado apelar la sentencia contra él dictada en noviembre, pero un alto tribunal británico lo ha rechazado
El Tribunal Británico de Apelaciones ha rechazado admitir a trámite un recurso elevado por el actor estadounidense Johnny Depp (de 57 años) contra el fallo de noviembre de 2020 en el que se le acusaba que haber maltratado a su exesposa Amber Heard, de 34, y de que era una persona violenta.
El juez Nicholas Underhill ha precisado que “no se han admitido las pruebas adicionales” que Johnny Depp presentó para justificar el recurso y ha señalado que este “no tenía perspectivas de prosperar” y por tanto no hay razón para que proceda.
Johnny Depp quería recurrir el dictamen emitido el pasado 2 de noviembre por el Tribunal Superior, que rechazó su demanda de libelo contra el periódico The Sun, que lo había acusado en un artículo en 2018 de ser “un maltratador de esposas” y detallado diversos presuntos incidentes violentos contra la actriz Amber Heard.
A finales de noviembre Depp ya intentó apelar el recurso, pero el mismo juez que dictó sentencia en noviembre le denegó el permiso para apelar: “No considero que los motivos de apelación propuestos tengan una perspectiva razonable de éxito”, decía entonces, para seguir: “Los motivos de apelación sugieren que cometí un error de principio o de derecho, y no hay otra razón de peso por la que debería concederse el permiso para apelar”.
Entonces, el juez Nicol le dio al actor un plazo hasta el 7 de diciembre para poder acudir a este tribunal de Apelación, que es el que ahora ha vuelto a fallar que no hay posibilidad de recurso y que por tanto la sentencia contra Depp es firme.
Una sentencia por la que el juez determinó que Depp llegó a agredir a Heard en una docena de ocasiones y la hizo “temer por su vida” hasta tres veces. Entre ellas, una muy grave que la actriz llegó a denominar como una “situación de rehenes de tres días” en Australia en marzo de 2015. Nicol descubrió que Heard también temió por su vida durante varios incidentes en el sudeste asiático en agosto de 2015 y nuevamente en Los Ángeles (California) en diciembre del mismo año. Un juicio que, aunque sentó en los banquillos a Deppy y Heard, en realidad era contra el diario The Sun, al que Depp demandó por haberle llamado maltratador, pero que al final dejó un reguero de duras y sucias revelaciones sobre la pareja. Con la sentencia, el juez también condenó al actor a que realizara un pago inicial a la editora del diario británico de casi 630.000 euros por los honorarios.
Los abogados de Depp tuvieron claro desde el principio que la sentencia dictada por Nicol a principios de noviembre no iba a quedar ahí. Su letrada, Jenny Afia, del bufete de abogados Schillings, explicó tras el fallo del Tribunal Superior que era “tan perverso como desconcertante”. “El fallo es tan defectuoso que sería ridículo que el señor Depp no apelara esta decisión”, dijo Afia. Sin embargo, la abogada estadounidense de Amberd Heard, Elaine Charlson Bredehoft, comentó: “Para aquellos de nosotros presentes en el juicio del Tribunal Superior de Londres, esta decisión y la sentencia no son una sorpresa. Muy pronto, presentaremos pruebas aún más voluminosas en los Estados Unidos”.
Esas pruebas por el momento no han llegado, pero lo que sí está fijada es la fecha de un nuevo juicio, ya sí que entre Depp y Heard. Será en el estado de Virginia donde volverán a tener un nuevo juicio, porque fue allí donde Depp demandó por difamación a su exesposa y donde le pide 50 millones de dólares (unos 42 millones de euros) por daños y perjuicios a causa de un artículo que ella publicó en el diario The Washington Post donde hablaba de las los abusos y agresiones que sufrió por parte del protagonista de Piratas del Caribe. Ante las quejas legales de Depp, Heard le respondió con una contrademanda millonaria, pidiendo el doble de esa cantidad y alegando que su el intérprete orquestó una campaña de difamación en su contra. Todavía habrá que esperar unos meses, pero esa otra batalla legal, que también dejará titulares y acusaciones, llegará a finales de 2021.
Fuente: El País
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