El primero de ellos consistió en una discusión acalorada de Miller con un hombre, que terminó con el intérprete abofeteándolo y agarrándolo del cuello. Reynir les separó, Miller se disculpó y el otro hombre no pareció tomárselo a mal. Reynir tampoco quiso darle más importancia.
“Lo ignoramos como si fueran dos amigos que se emborrachan y se pelean. En Islandia eso pasa dos veces cada fin de semana”, declara Reynir.
Una mujer, identificada únicamente por su nombre de pila “Nadia”, ha declarado que le unía a Miller una cálida amistad de dos años. Una que ocasionalmente había derivado en sexo consentido, pero que luego de 2020 había quedado congelada. No obstante, en vísperas del último Festival de Berlín (esto es, el pasado febrero, antes de los hechos de Hawai), Miller quedó en volver a verse con ella, y fue a visitarla en su apartamento de la capital alemana. Nadia le dijo que en su domicilio no podía fumar, y Miller montó en cólera. “Soy un fabricante de planetas, el tabaco es sagrado”, cuenta Nadia que le gritó.
La prohibición de fumar “le hizo estallar”, según la testigo. “Le pedí que se fuera unas 20 veces, quizá más. Empezó a insultarme. Me llamó una ‘mierda tránsfoba’, ‘una nazi’”. La discusión se alargó sin que Nadia llegara a temer que le agrediera sexualmente, pero sí “que le atacara físicamente de alguna forma”. “Me sentí totalmente en peligro”.
Fuente: Cinemanía

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