Recuerdo haber leído alguna vez un artículo sobre el vigilantismo en Norte-América, que resaltaba el aprecio que tenían los ciudadanos comunes por los “vigilantes” y los actos que cometían. Este tema está ligado a varios debates éticos: ¿Cómo puede una persona idolatrar a aquel que toma la vida de otro ser humano? ¿En qué momento se convierte un asesino en la persona que es considerada buena por el público?
Un ejemplo de estos dilemas es Rick Grimes, protagonista de la serie The Walking Dead. Somos testigos de sus penas y presenciamos su transformación gradual en un mundo post apocalíptico. Notamos que, tras vivir en un mundo sin reglas y lleno de muerte, le es inevitable un cambio respecto a quien era antes de la crisis. Nos encontramos a un hombre que ha asesinado a su mejor amigo y ha sufrido la muerte de su esposa. Las decisiones que ha tomado lo han convertido en un ser brutal que no duda en matar a la menor señal de amenaza.
En la primera temporada Rick menciona la siguiente frase: “No matamos a los vivos”. Parece irónico que este es el mismo personaje que luego no dudará en apuñalar repetidamente a un atacante. Está claro que su moralidad, más que dejar de existir, se ha transformado con cada evento que atraviesa. Esto se evidencia en el siguiente diálogo entre Dale y Rick:
-Tú dijiste que no matamos a los vivos.
-Bueno, eso fue antes de que los vivos tratarán de matarnos.
-Tú dijiste que no matamos a los vivos.
-Bueno, eso fue antes de que los vivos tratarán de matarnos.
Aunque se encuentra en un punto en el que asesinar más que una opción se ha convertido en algo necesario, Rick aún tiene cierto código moral, reflejado en proteger a su familia y amigos. No haría nada que pudiera hacerles daño o ponerlos en riesgo y en esto basa sus acciones.
Tal como varios ciudadanos de Estados Unidos idolatran a los vigilantes, la mayor parte de los espectadores de esta serie ansían ver a los protagonistas salir de situaciones de conflicto mediante violencia. Esto es evidente en las reacciones a ciertos momentos de la serie, en las que se ve cómo varios espectadores, más allá de la emoción del episodio, llegan a gritar cosas como “ mátalo ya”.
Quizás podría ser el enlace que el espectador forma con el protagonista lo que le cause simpatía con él. No se nos muestra un simple asesino sin causa, vemos los eventos por los que atraviesa Rick. La serie podría justificar sus acciones y podría, incluso, persuadir al televidente a aceptar estas justificaciones como algo válido.
Quizás podría ser el enlace que el espectador forma con el protagonista lo que le cause simpatía con él. No se nos muestra un simple asesino sin causa, vemos los eventos por los que atraviesa Rick. La serie podría justificar sus acciones y podría, incluso, persuadir al televidente a aceptar estas justificaciones como algo válido.
Él por qué consideramos a Rick como un personaje bueno, a pesar de sus acciones, podría ser una cuestión que lleve al televidente a reflexionar. Es válido considerar que tanto en The Walking Dead como con los casos de vigilantismo en Norte-América, es lo que sentimos como humanos, lo que nos lleva a formar un enlace con estos perpetradores.
¿Qué haríamos en esa situación y juzgaríamos a estas personas si fueran las vidas de nuestros seres queridos las que estuvieran en riesgo? Los seres humanos en la serie han llegado a aceptar estos actos de barbarie como parte de sí mismos y han dejado de considerarlo algo malo, pues para ellos ahora solo se trata de algo necesario.
“Si se cruzan con cualquiera de estas personas, mátenlas. No duden. Ellos no lo harán”.
Con esta frase durante el capítulo estreno de la quinta temporada (No Sanctuary), Rick le recuerda al grupo que si desean vivir y protegerse mutuamente deberán aceptar esto como una nueva regla. El televidente, tras ver lo que han vivido estos personajes, probablemente no espere algo mejor de ellos ni tampoco los juzgue. Sin duda el grupo de sobrevivientes se verá amenazado de nuevo. Que los sigamos considerando buenos es la incógnita que aún queda por resolver.
Por Andrés Velasquez L.
Fuente: http://blogs.elespectador.com/filosofia-de-a-pie/el-bueno-el-malo-y-el-no-muerto/
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