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¿Quien es Ryan Murphy el padre de la saga ‘American Horror Story’?

Recuperó la moda de las antologías televisivas con ‘American Horror Story’ y sedujo a los millennial antes que nadie gracias a ‘Popular’ y ‘Glee’. Todo un pionero

Hay creadores de series que le echan azúcar a sus proyectos (véase Shonda Rhimes) y otros prefieren algo de picante. Ryan Murphy rocía los suyos con sosa cáustica. El atrevimiento es doble, porque es el creador de un universo televisivo en donde los armarios están para salir de ellos y los techos de cristal para romperlos. A él le gusta normalizar desde lo estrambótico. Es desde hace más de una década el gran prescriptor del medio; un permanente fenómeno viral en las cada vez más caóticas parrillas televisivas. En sus manos, las series de culto se convierten en puro mainstream. Y casi todas sus ideas, hasta las más disparatadas, llegan a ser tendencia. Sus actores, también. Los agentes de Sarah Paulson, Evan Peters y Connie Britton dan fe de ello.

Orígenes

Fue el primero en retratar a los millennials, mucho antes de plagiarse a sí mismo en Glee. Lo hizo en Popular(1999), sobre la inesperada unión de la animadora y la empollona oficial del instituto. Sus padres se unían y ellas se convertían sin quererlo en hermanastras, en medio de una jungla llena de estratos sociales. Sus compañeros de clase eran de lo más exótico y Murphy dinamitaba con irreverencia el aburrido estándar que había impuesto Sensación de Vivir.Entre parodia y parodia, asomaban temas como la belleza real y el bullying.

Con Nip/Tuck (2003-2010), protagonizada por dos cirujanos plásticos de Miami, desafió los límites éticos y estéticos de una televisión a la que todavía no habían llegado ni Dexter, ni la enfermera Jackie, ni Walter White. La serie pasó pronto de rareza a disparate, pero le sirvió para plantar otra bandera y ayudar a que los relatos poco convencionales se abrieran camino en televisión. Los antagonistas comenzaban a ser las estrellas del show.

No es casualidad que sus proyectos estén cada vez más pegados a los hechos reales: en el pasado fue periodista de Los Angeles Times y The Miami Herald. Pero un día Spielberg le compró un guion y le dio la oportunidad de cambiar de carrera. Ahora firma en forma de serie lo que podrían haber sido grandes reportajes en papel: de la homofobia en el Estados Unidos de los noventa (El asesinato de Gianni Versace) a la misoginia del Hollywood clásico (Feud).

Grandes éxitos

Su gran éxito comercial es Glee (2009-2015), la comedia musical adolescente con la que volvía a ponerse del lado de los desarraigados. Los gays, las minorías raciales, los empollones y los paralíticos se convertían en los reyes del baile de promoción gracias a hacer algo tan poco popular como inscribirse en el coro del instituto.

Luego recuperó para el espectador del siglo XXI las series antológicas, compuestas por temporadas independientes que se engloban bajo un mismo concepto. A partir de su American Horror Story, otros hicieron Fargo o True Detective. Con ella demostró una vez más su gran olfato, al trasladar a la televisión un género, el de terror, que ya arrasaba en el cine. También se apropió del formato true crime que habían puesto de moda las series documentales para crear American Crime Story, en la que recopila los relatos más mediáticos de la crónica negra estadounidense.

Qué tiene entre manos

Todo. Ha fichado por Netflix. Antes de firmar el cheque de casi 300 millones de dólares (258 millones de euros), la plataforma de streaming ya le ha puesto a trabajar en Ratched, inspirada en Alguien voló sobre el nido del cuco, y la comedia musical The Politician. El propio Murphy anunció en mayo Consent, su particular crónica sobre el movimiento #MeToo. Además, continúa con sus recientes éxitos. La octava temporada de American Horror Story (titulada Apocalypse y que mezclará personajes de la primera y la segunda entrega) y las segundas de Pose, que ha hecho historia al contar con el mayor reparto transexual jamás visto en televisión, y del procedimental 9-1-1.er
Qué dicen de él

El ser tan rompedor en sus tramas le ha pasado factura. “Hay mucho estruendo en torno a él y al final termina herido. La gente proyecta sobre él la imagen de alguien sin sensibilidad, que está por encima de todo. ¿Quién logra estar por encima de todo?”, comentaba en 2015 a Hollywood Reporter Brad Falchuk, su socio en muchos de sus proyectos. El propio Murphy se considera “barroco”. Se queda corto. ¿Qué tal rococó?


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