Por Javier Barón Rodríguez
Nerve (2016), Dir. Henry Joost, Ariel Schulman.
Las redes sociales han revolucionado las reglas de convivencia e interacción. Nos han permitido contactar a gente con la que tuvimos amistad en distintas etapas de nuestras vidas, conocer a personas que de otra forma no hubiésemos conocido. Tienen muchos aspectos positivos.
Pero como todo, tiene su lado oscuro.
Las redes son una plataforma ideal para obtener notoriedad y fama casi instantánea sin mérito alguno. Lo vemos en You Tube, en donde existen una serie de personajes que han obtenido popularidad sin tener ningún talento especial.
Internet ha tenido una enorme repercusión en nuestras vidas, es una especie de Gran Hermano que se encuentra al tanto de todos nuestros movimientos, gustos y preferencias en la red. Ante tanta exposición los más avispados han entendido que la privacidad se ha convertido en una isla que muchos quieren habitar.
Nerve es una cinta vigorosa que logra poner los puntos sobre las íes en como la inmediatez y la exposición que ofrecen las redes ha influenciado a los Millennials.
El nombre del film nos conduce a un juego en línea muy popular entre jóvenes de preparatoria y universidad en el que puedes participar como espectador o participante. Si participas, aceptas enfrentar retos los cuales tienes que grabar con tu smartphone para no ser descalificado. Hay cámaras en todas partes que graban el desempeño de los concursantes transmitiendo el tiempo real; la persona que va obteniendo más seguidores y triunfa en sus pruebas asume el liderazgo y acrecienta sus posibilidades de ganar y llevarse mucho dinero.
Los retos pueden ir de cosas relativamente ''fáciles'' besar a un extraño en un restaurante, probarte ropa muy cara en una tienda departamental de lujo y salir de la tienda con la prenda puesta, a retos extremos en los que va la vida de por medio : manejar una motocicleta a 100 km con los ojos vendados en una avenida transitada (con un copiloto que se convierte en los ojos del conductor) o, pasar de un edificio a otro caminando en una escalera horizontal.
La primera parte es muy excitante. Logra transmitir la adrenalina de los protagonistas al enfrentar los retos.
Hay mucha química entre los protagonistas : Vee (Emma Roberts), una chava serena y estudiosa que precipitadamente decide participar para demostrar a su círculo de amigos que se atreve a correr riesgos y Ian (Dave Franco), el compañero de juego de Vee. Ambos van sorteando las pruebas con éxito y se convierten en favoritos para ganar.
La segunda parte del film se desborda dándole un tono a la trama que por momentos resulta inverosímil. En ciertos lapsos es una especie de Los Juegos del Hambre versión cibernética.
Vale la pena verla por plantear ciertas ideas frescas sobre el uso y abuso de las redes.La búsqueda de prestigio por el esfuerzo académico tenaz es más gratificante y duradero que vendiendo tu privacidad por 15 minutos de fama fugaces.
7.5 Estrellas
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