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Después de 50 años, la Academia de Hollywood le ofreció disculpas a Sacheen Littlefeather

En 1973, Marlon Brando pidió a una amiga suya, la actriz y activista indígena Sacheen Littlefeather, acudir en su nombre a la ceremonia de los premios Oscar, a la cual estaba nominado por su interpretación de Vito Corleone en El Padrino. Encargó a la entonces joven de 26 años, que si la Academia le premiaba, ella leyera un discurso en el que explicaba sus motivos para rechazar el premio más codiciado de Hollywood.



Con un gesto firme la activista rechazó la estatuilla que le ofrecían Roger Moore y Liv Ullan. E informó que Brando “lamentaba no poder aceptar un premio tan generoso”. Fue amabilísima en los 60 segundos que le dio la producción. Antes, la amenazaron con arrestarla si rebasaba el tiempo permitido. Así que improvisó frente a millones de telespectadores. Littelfeather se quejó del estereotipo con el que los indios estadounidenses eran retratados en Hollywood en obras escritas y dirigidas por las mismas personas que estaban frente a ella. La respuesta fue inmediata. El público se dividió entre quienes la abuchearon y quienes aplaudieron con rabia.

La carrera cinematográfica de Littlefeather se terminó después de aquello. Era miembro del sindicato de actores, el Screen Actors Guild, pero las puertas se le cerraron. “El Gobierno se molestó muchísimo. Le pidieron a los grandes estudios que no me contrataran o habría represalias”, explicó en 2016 a Los Angeles Times. La activista afirmó que Johnny Carson y Dick Cavett, dos populares presentadores de talk shows, no la querían como invitada. “Fue el precio que tuve que pagar. Y está bien”, ha dicho en el Museo de la Academia del Cine, que está rexaminando el papel de la organización, señalada ahora por su falta de diversidad.

El teatro de la Academia registró un lleno total el sábado. Entre las personas que acudieron había decenas de miembros de las tribus de Estados Unidos: cheyenes, cucapás, kikapús, osages, navajos y otros. Muchos asistieron vestidos con prendas tradicionales y ululaban en señal de afirmación cuando hablaba Sacheen. Hubo bailes y cantos de diferentes tribus. “Cuando ya no esté, que sepan que alcé la voz por la verdad, alcé la voz por sus tribus y sus miembros”, dijo ella en un mensaje que sonaba a despedida.

Fuente: El País 

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