Fueron muchos los que quedaron espantados al ver El Hobbit. La nueva trilogía de Peter Jackson posterior a El Señor de los Anillos volvía a abordar el mismo universo mitológico de J.R. R. Tolkien, pero había una diferencia. El cineasta se había arriesgado a dar un paso al frente y cambiar los fotogramas por segundo a los que se grabaría y reproduciría la película. Es decir, de los 24 fps a los que se ven la mayoría de filmes a los 48 fps. Para el público, Jackson había hecho un telefilme muy caro.
Puede que esa decisión asustase a muchas productoras y directores a aventurarse a grabar a una velocidad distinta de eso que siempre hemos considerado y vivido como cine, pero no a Ang Lee, que se atrevió a ir mucho más allá de Peter Jackson. Billy Lynn’s Long Halftime Walk se estrenó el año pasado, y se grabó en 3D, a una resolución de 4K, y a 120 fotogramas por segundo, casi cinco veces más que la velocidad estándar. ¿Una aventura surrealista, muy difícil de tolerar por el ojo humano?
“Es una elección extraña para probar esta tecnología y el argumento de dos horas de Lee sobre cómo serán cómo deberán verse las películas en el futuro es fallido". Benjamin Lee para The Guardian.
Mientras unos hablan de una experiencia de inmersión total, otros dicen que no se puede ver. Frente al argumento de haber creado un nuevo universo propio, la crítica defiende de que se trata de la cinemática de un videojuego más larga jamás rodada, como si los personajes en 3D estuvieran pegados en un collage. Los críticos que presenciaron en el Vine Theater de Los Angeles la película con las condiciones de reproducción ideales... han despedazado la película. Iba “demasiado rápido”, todo era “irreal y falso”.
Este tráiler, a 24 fps y 1080p, puede mostrar lo que parece una película normal, pero los que la han visto a 120 fps dicen que es mucho, mucho más extraño que eso:
Algo así como el DOBLE de velocidad de imagen de la que puedes percibir en este video:
Ang Lee, el oscarizado director de Brokeback Mountain y La vida de Pi ha aceptado el encargo de Sony para realizar la primera gran producción alrededor de su nuevo avance tecnológico: la cámara CineAlta F65 4K, un aparato que además de grabar bajo las especificaciones descritas genera 7.5 terabytes de material por día, 40 veces más datos por minuto grabado que en un rodaje habitual. No iba a valer cualquier ordenador. No todos los monitores de sala (por los que el director puede comprobar en tiempo real lo que está grabando) podrían volcar la información en directo.
“La inventiva artística de Ang Lee es incuestionable, pero este experimento con la hiperclaridad visual se siente artificiosa cuando lo que la imagen de este tipo pide que sea natural, orgánica, especialmente en los primeros planos y planos detalle”. Peter Travers, para Rolling Stone.
Ya en las primeras pruebas de grabación (por cierto, el equipo sólo tuvo dos semanas para adaptarse a la tecnología antes de empezar a filmar) se comprobó que iba a ser un enorme cambio en la forma de producir y pensar la imagen, así que Lee, en vez de crear la superproducción abarrotada de efectos por ordenador que pedían los inversores, dijo que habría que rodar algo más modesto, más documental, por así decirlo. En vez de hacer "el nuevo Avatar", Lee ha dirigido el drama de un soldado que al volver de la guerra sufre los efectos del estrés postraumático.
Y nada más empezar el rodaje saltaron mil y un contratiempos. De pronto, una pared del decorado tenía una textura extraña, hiperprecisa, y se veía completamente inverosímil en pantalla. Los actores no sabían trasmitir sentimientos sin que pareciese que habían cultivado su forma de actuar en el mundo de las telenovelas.
Ang Lee y sus compañeros técnicos Tim Squyres, John Toll, Ben Gervais y Scot Barbour han hablado de total revolución del medio: todo lo que se ha aprendido en un siglo de vida del medio sobre iluminación, diseño de producción, puesta en escena e incluso actuación tendría que readaptarse para no caer en la completa aversión de lo que estamos viendo. Es un salto estético para el ojo humano tan grande como el que supuso dejar de ver cine en blanco y negro y apreciar el color.
100 años para aprender que, en pantalla una vaca parece un caballo (y dos semanas para desaprenderlo todo)
Y eso ha causado mil retos a lo largo del rodaje. Un ejemplo: para grabar con la nueva cámara a unos niveles de luz equivalentes a los del cine normal, han tenido que aplicar cinco veces más potencia. Esto son, aproximadamente (varía según el espacio cinematográfico), 10.000 vatiospara una escena de exterior. Problemas dentro de otros problemas: cuando intentan aplicar esta "regla del cinco" en interiores, la luz hace que quede antinatural. Las habitaciones de 30 metros debían ser físicamente de 60 para que la iluminación se difuminase de forma corriente.
Los intérpretes también han tenido que pasar también por una readaptación completa. Declaraciones de Squyres acerca del rodaje:
En la versión en 3D, al ser tan… real, los planos de reacción son mucho más importantes. Cortas mucho menos de un actor a otro durante una conversación. Cuando una interpretación es buena te das cuenta de que, gracias a la cantidad de información que llega a nuestro cerebro, es conveniente alargar el plano un segundo o algo más. Por el contrario, si un actor de reparto queda demasiado falso en un plano, te ves obligado a cortar cuanto antes. Eso obligó a Lee a rodar un poco más de cobertura de lo habitual en él y a cambiar la puesta en escena. La borrosidad es muy inferior cuando combinas 4K, 3D y 120 fps por lo que se puede modificar escena por escena.
¿La solución por la que han optado? Como apuntan ahí, a repensar el montaje y el guión en tiempo real. Al parecer, su improvisación no ha ido del todo bien.
"El uso de la tecnología es un error mayúsculo que provoca la distancia emocional frente a este drama bienintencionado, en lugar de cautivar al espectador" Rodrigo Perez, de The Playlist
La crítica ha sido en general más benevolente con el proyecto de Lee de lo que lo fue con El Hobbit. Pero, para la mayoría, sigue siendo una producción lejana del canon cinematográfico. Billy Lynn’s Long Halftime Walk no es exactamente una película, es otra cosa extraña. Las dos grandes secuencias de acción de la cinta son espléndidas, más estimulantes de lo que ningún blockbuster ha podido dar este año, pero el resto del tiempo ha sido como ver un gran accidente. La antinaturalidad de las actuaciones se combinaba en sus retinas con la novedad hiperveloz de la cámara demiúrgica. Dolores de cabeza a la salida del cine.
Como algunos espectadores han criticado, hay demasiada informaciónentrando por tus ojos, y es como si se moviese más rápido que la misma realidad. Los parpadeos se hacen eternos, la tensión de los músculos son un personaje más. Lee tuvo que solicitar armas reales para grabar las escenas de combate: las pistolas que se usan habitualmente en cine no repercuten hacia atrás, pero lo que no apreciamos en las películas normales, aquí es como si estuviese en primerísima plana.
Billy Lynn, el accidente visual que no llegará a la mayoría de cines
Si después de leer todo esto te han entrado ganas de ver por ti mismo la nueva experiencia cinematográfica, lo que podría ser el cine del futuro, tengo una mala noticia: lo vas a tener un poco complicado. Sólo seis salas en todo el mundo tienen a día de hoy la tecnología de exhibición que reclama Billy Lynn, dos de ellas están en Estados Unidos. Así que si resides o puedes viajar a Nueva York, Los Ángeles, Taipei, Beijing o Shanghai estás de enhorabuena.
Para los demás, y pensando en el estreno, la mayoría consumiremos esta obra concebida con todas estas particularidades en sala con una copia en 2D y 24 fps (a España llegará para el 27 de enero) que desde luego no beneficiará a la narrativa, modificada para encajar en aquellos 120fps. La edición en Bluray podrá soportar 60 fps, lo que parece una forma de ponernos la miel en los labios antes de catar los 120 fps, tecnología de visionado que, eso sí, Sony ya está desarrollando.
Pero Lee y su equipo están contentos con el resultado, sabían que su proyecto no iba a ser fácil, pero es la misión de los pioneros. Otros vendrán detrás, habiendo aprendido de los errores de Billy Lynn, superando cada vez mejor sus barreras técnicas. Como dijo Lee, es sólo cuestión de tiempo que el cine se adapte a estos nuevos estándares:
“Para mí, hay un fuerte componente cultural que determina que el público asocie el cine con la cadencia de 24 fps. Pero también hubo un tiempo en que se asociaba a 16 o 18 fps. Creo que en algún momento los 120 fps se convertirán en el nuevo 24 fps. Es el paso lógico, tu mente es capaz de ver más cosas y entonces demanda más cosas. De lo que estoy seguro es de que siempre estaremos contando historias. Lo que cambia es cómo contarlas".
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