Peter Dinklage fue homenajeado en el pasado Festival de Telluride. El actor recordó su carrera y las decisiones que ha tomado.
En el marco del Festival de Telluride, Peter Dinklage presentó Cyrano, la más reciente de sus películas. Su nueva cinta fue dirigida por Joe Wright y escrita por Erica Schmidt, esposa de Dinklage. Previo a esto, Dinklage ofreció una entrevista en la cual repasó su trayectoria, que comenzó en teatro. Ahora, el oriundo de Nueva Jersey es uno de los intérpretes más aclamados dentro de la industria fílmica y televisiva, con personajes que van desde Finbar McBride en The Station Agent –película de 2003 que lo puso en el ojo público– hasta Tyrion Lannister en Game of Thrones, pero ¿qué acontecimientos han marcado su camino por las pantallas y los escenarios?
Desde pequeño, junto a su hermano, desarrolló un gran gusto por la actuación, y cuando estaba en el quinto año de primaria obtuvo el rol protagónico en una producción escolar de The Velveteen Rabbit.
“Creo que [mi participación en la obra] fue legendaria. Interpreté al niño. […] Usé pijama todo el tiempo. Creo que fue una decisión muy del estilo de Hugh Hefner”, recordó Peter Dinklage en Telluride, riendo. Y agregó: “Creo que yo me di un nombre, pero en el libreto era “el niño”.
Además de esta experiencia, otra cosa que lo inspiró para perseguir una carrera actoral, según le contó a la revista People, fue ver una versión de la puesta en escena True West. Sin embargo, su primera oportunidad sólida llegó en 1995, cuatro años después de haber terminado sus estudios de drama, y tras haber pasado seis años trabajando en una compañía de procesamiento de datos. Con 29 años, hizo su debut al lado de Steve Buscemi en la película independiente Vivir en el olvido. Ahí dio vida a Tito, un actor con enanismo que está cansado de que le den papeles llenos de clichés relacionados con su estatura. Irónicamente, Peter, al medir 1.35mts, no estaba dispuesto a pasar su vida siendo un elfo mágico en el set. Por eso, luchó bastante por evitar trabajos caricaturizados y estereotipados.
“Se trata de que haya buena escritura y también de cómo se trate [el tema]. […] Se tiene que dejar que las personas se sientan cómodas. Está bien que se rían conmigo de la rabia y el humor del personaje. Entonces podemos pasar a otra cosa. […] Creo que es importante que tengamos un buen sentido del humor sobre eso, entonces se podrá abrir la discusión”.
En los años siguientes tuvo intervenciones pequeñas en películas como Bullet (1996), Safe Men (1998), Pigeonholed (1999) y 13 Moons (2002), donde volvió a compartir créditos con Buscemi. Además, participó en series de televisión como Oz. Para 2003, había obtenido su primer protagónico en cine, cuando Tom McCarthy lo dirigió en The Station Agent, donde dio vida a Finbar McBride, un sujeto antisocial y aficionado a los trenes que descubre la amistad y el amor cuando conoce a Olivia, Joe y Emily, interpretados por Patricia Clarkson, Bobby Cannavale y Michelle Williams, respectivamente.
El proyecto fue recibido cálidamente por el público y la crítica, y le valió a Dinklage nominaciones en los premios Independent Spirit. El histrión rápidamente ascendió a la fama por ése rol, que lo atrajo desde un principio porque se despojaba de los aspectos inverosímiles presentes en las otras ofertas de las que se había alejado en los inicios de su carrera.
Después, vendrían proyectos Tiptoes (2003), en la que apareció con Kate Beckinsale, Matthew McConaughey y Gary Oldman, Elf (de ese mismo año), en la cual encarnó a un autor de libros para niños, o Lassie (2005). También trabajó con Sidney Lumet y Vin Diesel en Find Me Guilty (2006). Asimismo, en 2011, trabajó en un corto de La Era de Hielo, donde presto su voz al Capitán Gutt.
De hecho, durante la participación de Peter Dinklage en el festival de películas de Telluride, se le hizo ver al actor que en 2011 le pasó algo más importante que acompañar a Sid, Manny y sus amigos en sus aventuras gélidas pues, a la par su incursión en la animación, recibió una llamada de David Benioff y D.B. Weiss, dos escritores que se estaban planeando una serie llamada Game of Thrones, basada en las novelas de fantasía escritas por George R.R. Martin.
Como Tyrion, el cínico y rebelde integrante de la casa Lannister, Peter ha conquistado al mundo y cosechado un sinfín de éxitos, que van desde numerosos galardones hasta ser una de las estrellas con mayor actividad en la actualidad. Lo curioso es que todo este reconocimiento llegó a su vida por ponerse en la piel de un personaje que casi no conocía. Al principio, pidió que Tyrion no fuera representado con barba, orejas y zapatos puntiagudos, pero cuando se enteró de que nada de esto sería necesario, aceptó… y el resto es historia.
“¿Por qué siempre tenemos que seguir esa maldita fórmula aburrida de barba y zapatos con punta? ¿Quién lo inventó? ¿Por qué necesitamos seguirla? No hay necesidad de eso. […] Ellos [Benioff y Weiss] dijeron: ‘Sí, lo entendemos’.
Es bueno que los creativos hayan captado lo que el intérprete quería: ser alguien sin etiquetas. Afortunadamente, ellos no fueron los únicos en darse cuenta del gran talento de Peter. Todo empezó cuando él mismo supo lo que le apasionaba y buscó su destino por su cuenta.
En su carrera siguieron participaciones en X-Men: Días del Futuro Pasado o Tres anuncios por un crimen. Ahora, con Cyrano, seguirá demostrando su capacidad y manteniéndose fiel a un lema personal:
“Nunca quise hacer nada de lo que no estuviera orgulloso”.
Fuente: Cine Premiere
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