Ella no reniega de sus raíces, pero tampoco quiere que estas la limiten. “Quiero jugar a ser latina”, declara, “pero no quiero ponerme una cesta de frutas en la cabeza todo el rato”. Un buen ejemplo de esa dicotomía entre no renunciar a sus orígenes y la búsqueda de papeles menos limitantes.
Fuente: El País
Comentarios
Publicar un comentario