“Recuerdo cuando estábamos rodando la primera temporada. Estábamos en Atlanta, y Netflix nos había dado un presupuesto de unos 20 dólares”, explica Harbour. “Recuerdo que mi peluquera se acercó, en torno al episodio 4, y me dijo ‘no creo que vaya a funcionar’”.
“Para cuando terminamos, pensé que no habría segunda temporada, que seríamos la primera serie de Netflix que nunca tendrá segunda temporada. Pensamos que nadie la vería, que sería un desastre”.
Fuente: Cinemanía
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