Val Kilmer se comprometió tanto, que se perdió en el personaje. Se preparó un año completo para convertirse en el vocalista de The Doors, y su actuación llegó a tal punto, que necesitó terapia para abandonarlo. Estuvo 6 meses completos ensayando las canciones del conjunto diariamente, hasta que se aprendió 50 de ellas.
En 1991, Oliver Stone llevaría al cine la vida de la voz de The Doors. El elegido para protagonizarlo fue Val Kilmer en el papel principal y Meg Ryan como Pamela Courson, la novia del cantante. Para dar vida al cantante, Val Kilmer fue tan exigente consigo mismo que se aprendió 50 canciones de The Doors un año antes de empezar el rodaje. Durante este tiempo, el actor se vistió como el músico, estudió sus movimientos, su forma de hablar, la manera de pararse en el escenario y sus gestos. Además de interrogar a Paul Rothchild, el productor de la banda. Al final, el intérprete aprendió más del cantante que todo el elenco.
Kilmer se obsesionó tanto con el personaje, que todos en el set lo llamaban ‘Jim’. Incluso cuando los integrantes de The Doors escucharon cantar a Kilmer no podían encontrar las diferentes entre su voz y la de Morrison. Al verlo en el cine, los fanáticos quedaron tan fascinados con el personaje de la película, que les era difícil encontrar las diferencias.
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